Aproximadamente el 12% de las especies totales en el planeta se encuentran dentro del territorio mexicano, convirtiendo a México en un país megadiverso. Destaca que nos encontramos en el quinto lugar a nivel mundial en variedades de plantas y anfibios, el tercero en mamíferos y el segundo en reptiles (CONANP, 2018).
Una de las propuestas para definir a la biodiversidad o diversidad biológica se puede encontrar en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de la Organización de las Naciones Unidas (1992), en la que se señala que «…es la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos, y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad en cada especie, entre especies y de los ecosistemas».
Existen varias condiciones que privilegian a México para convertirlo en uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, de las que sobresale: 1) los litorales, tanto en el océano Atlántico como en el Pacífico; 2) una topografía heterogénea que determina un rango amplio de altitudes que favorecen la proliferación de diferentes ambientes, suelos y climas (CONANP, 2018), además de 3) una posición geográfica privilegiada, ya que la parte septentrional del territorio mexicano se sitúa en la región Neártica, y la austral en la Neotropical (Morrone, 2019).
En este contexto, ni México, ni ninguna otra nación en el mundo conoce la totalidad de la biodiversidad con la que cuenta. No obstante, conforme se enriquecen los estudios científicos orientados a indagar en el conocimiento biológico y etnobiológico de los organismos, podemos crear conciencia respecto a que la calidad de nuestra vida, y la propia existencia de la humanidad, depende directamente de la naturaleza y de los complejos procesos biológicos y no biológicos que en su conjunto hacen de la Tierra un lugar habitable.
Muestra de ello es la propuesta del Millennium Ecosystem Assessment (2005) para catalogar los cuatro servicios principales que nos brindan los ecosistemas:
El primero es el servicio de provisión, debido a que la naturaleza nos provee de alimento, agua, fibras, recursos genéticos y bioquímicos, entre muchos otros.
El segundo servicio es el de regulación, porque los ecosistemas nos ayudan a regular la calidad del aire, el clima, el agua, la erosión, las enfermedades, las plagas, la polinización e inclusive sirven de protección.
Cultural es el tercer servicio, ya que hay lugares que arraigan valores espirituales, religiosos, estéticos o lúdicos para una población particular.
Por último, la naturaleza brinda por sí misma un servicio de soporte, que es el necesario para que los ecosistemas sigan existiendo.
A pesar de estos increíbles beneficios, tanto en México como a nivel global, existe una crisis en materia ambiental que debemos superar. Sólo por citar algunos ejemplos, está el aumento en la producción sustancial de la agricultura y ganadería, a la par que disminuyen los alimentos silvestres. Se degradan los bosques y perece la fabricación de algodón, seda, cáñamo, leña. Se pierden recursos genéticos. Hay un uso insostenible del agua para el consumo, la industria y el riego. Disminuye la capacidad de la atmósfera para limpiarse. Incrementa la degradación del suelo. Decae la calidad del agua de tratamiento de residuos. Se degrada el control natural por el uso de pesticidas. Decrece la abundancia relativa de los polinizadores. Hay pérdida de barreras naturales como humedales y manglares que regulan riesgos naturales. Desaparecen las arboledas y especies que algunas culturas les dan valores espirituales y religiosos. Disminuye la cantidad y calidad de las tierras naturales con valores estéticos y belleza escénica (Duraiappah & Naeem, 2005).
Ante esta situación, es notoria la necesidad de ejecutar acciones efectivas para contribuir en la solución.
Como sociedad, seguimos avanzando en estrategias para la preservación biológica; la selección de las labores más pertinentes y eficientes, dependen de nuestro entendimiento de lo que son los organismos y dónde se encuentran. Para aquellos que anteponen un beneficio propio ante el derecho que tenemos a un medio ambiente sano, nos hemos adentrado a las implicaciones jurídicas de la protección al ambiente y la naturaleza de sus normas, con base en el análisis del contexto económico, político y social de los ámbitos de competencia nacional e internacional sobre los que opera.
A nivel individual, ante estos hechos podemos encontrar la motivación para integrar en nuestro estilo de vida una forma más armoniosa y menos dañina de interactuar con el mundo natural y el entorno.
Bibliografía y referencias.
- CONANP (2018). «México megadiverso». [En Línea]. Fecha de consulta: 7 de julio de 2021. Disponible en: https://www.gob.mx/conanp/articulos/mexico-megadiverso-173682
- Morrone, J. J. (2019). «Regionalización biogeográfica y evolución biótica de México: encrucijada de la biodiversidad del Nuevo Mundo». En Revista Mexicana de Biodiversidad, 90(2):2.
- ONU (1992). «Convenio sobre la Diversidad Biológica». [En Línea]. Fecha de consulta: 7 de julio de 2021. Disponible en: https://www.cbd.int/doc/legal/cbd-es.pdf
- Duraiappah, A.K. & Naeem,S. (2005) Ecosystems and Human Well-being:Biodiversity Synthesis. Washington, DC.: Millennium Ecosystem Assessment.